Situado en el último nivel de un edificio histórico de una de las arterias más emblemáticas de Bilbao, el proyecto redefine la noción de habitar en altura.

Se trata de una intervención integral que, más allá de modernizar el espacio, explora el diálogo entre la vivienda, el cielo y el horizonte de los tejados de la ciudad que sirve de telón de fondo. Y siempre respetando el carácter original y el corte elegante del legado arquitectónico del inmueble, mientras lo proyecta hacia una nueva vida contemporánea.

Desde el punto de vista funcional, la distribución en dúplex separa claramente la vida diurna y nocturna. La planta inferior acoge los espacios comunes —salón, comedor y cocina— articulados en torno a una escalera central que organiza la circulación.

En la superior, los dormitorios y baños aseguran privacidad y eficiencia.

Estéticamente, el proyecto apuesta por una narrativa de continuidad y apertura entre los espacios. El uso de materiales nobles, una paleta cromática neutra y la integración visual de los espacios refuerzan la idea de un hogar elegante, fluido y conectado con el paisaje urbano.

La planta principal se concibe como un espacio abierto, donde los límites entre funciones se diluyen sin perder jerarquía. La geometría en L del ático en esquina se aprovecha para distribuir de forma natural las zonas de estar – comedor en una de las alas; la cocina en la otra. Todo ello conectado por una terraza que extiende la vida del interior hacia la ciudad.

En el corazón de la planta, la escalera se plantea, más que como un simple conector entre plantas, como un volumen articulador, funcional y escultórico, que participa de la vida social del hogar sin perder su operatividad. De un solo tramo en recorrido, se diseña con dos partes diferenciadas. Una primera se ejecuta mediante un desarrollo fino de ebanistería en madera natural; la segunda se descuelga directamente de la cubierta a través de una estructura ligera de acero lacado.

Una vez en la planta superior, asoman los espacios más íntimos: los dormitorios y los núcleos húmedos de uso privado, distribuidos siguiendo criterios de privacidad, orientación y confort térmico.

La vivienda disfruta de una envolvente continua de luz natural, que se apoya en un tratamiento neutro de los paramentos interiores. Los ventanales perimetrales, tratados como grandes marcos a la ciudad, y el acceso directo a la terraza desde todos los espacios, refuerzan la sensación de apertura y expansión.

El proyecto no solo capta luz: la domestica y canaliza hacia el interior con precisión.

En el bajocubierta, las ventanas altas del inmueble bañan de luz, a través de las puertas de suelo a techo de las estancias, el hueco de la escalera central.

En el interior destacan las líneas rectas, que conforman un lenguaje compositivo que combina nobleza y sobriedad.

Así, el proyecto se construye sobre una base de materiales honestos: cerámica noble y madera natural en suelos, revestimientos minerales en baños, panelados de madera noble en puntos concretos de paredes y una selección de elementos técnicos discretamente integrados. El objetivo era crear una atmósfera sobria pero cálida, donde el protagonismo recaiga en las líneas de la arquitectura y en el diálogo constante entre interior y exterior.

Los tonos de la envolvente son claros y neutros, para evitar competir con los materiales nobles del mobiliario y el exterior.

A nivel de instalaciones, los sistemas de climatización y domótica han sido integrados discretamente, garantizando un confort contemporáneo sin renunciar a la limpieza formal del diseño.

El mobiliario de la vivienda, en su mayoría diseñado a medida con Dica, se integra perfectamente en la estructura de líneas rectas y limpias, actuando tanto como elemento funcional como decorativo.

En el salón, el sofá de Ditre Italia, con su tapizado en terciopelo, se convierte en una pieza que dialoga con los tonos de la madera de los panelados.

El comedor-cocina se diseña como un espacio de encuentro, con el mobiliario integrado de Dica, mediante un eje central donde asoman la isla y la mesa de comedor. La vitrina, diseñada como una pieza especial, hace de telón de fondo para este eje funcional.

La estrategia de iluminación es principalmente ambiental. A nivel decorativo, destacan algunas piezas como Tempo de Vibia, integrada en el panelado del salón; o Ambrosía de Marset, sobre la mesa de comedor.